Orígenes


El gigantesco imperio mongol fundado por Gengis Kan, alcanzó su máxima extensión bajo el mando de su hijo, el Gran Kan Ogodei. La expansión se detuvo tras la muerte de éste, cuando las tierras conquistadas llegaban hasta Hungría, en Europa, y hasta Irán en el suroeste de Asia. Un territorio de semejante tamaño resultó ser imposible de gobernar, y en 1264 fue dividido en cuatro partes, adjudicadas a los cuatro herederos de Gengis y Ogodei. Una de esas partes consistía, aproximadamente, en el territorio de las actuales China y Mongolia. Ese territorio quedó bajo el poder del Gran Kan Kublai, que en el año 1271 fundó una dinastía al estilo chino, a la que dio el nombre de "Yuan". La corte se trasladó de Karakorum a Pekín, que se convirtió en la nueva capital de China, condición que ha mantenido hasta la actualidad (con dos breves paréntesis, al comienzo de la dinastía Ming, y en la época de Chiang Kai-shek, momentos ambos en los que la capital estuvo en Nankín y Pekín fue renombrada "Beiping").

Esta expansión incluyó Persia, acabó con los Xia y con los restos de los Jorazmios. Se produjo un conflicto con la dinastía Song de China meridional, provocando una guerra que no acabaría hasta el año 1279, materializando así la reunificación de China bajo el imperio mongol.

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