Ascenso al poder y reformas económicas


Gracias a los apoyos de otros dirigentes del partido y a haber recuperado sus cargos oficiales, en 1978 el ascenso hacia el poder de Deng era ya imparable. A pesar de que Hua Guofeng acaparaba formalmente los máximos cargos en la República Popular, su posición, sin apenas apoyos, era cada vez más difícil. En diciembre de 1978, durante la Tercera Sesión Plenaria del XI Congreso del Comité Central del Partido Comunista de China, Deng Xiaoping se hacía con las riendas del poder.

De hecho, la política china de los siguientes años estaría marcada por las líneas maestras definidas en el discurso pronunciado por Deng Xaoping en aquella reunión. Sus colaboradores pasaron a ocupar posiciones en el Buró Político, y Hua Guofeng, aun cuando conservaba los tres cargos de presidente del partido, primer ministro del Consejo de Estado y presidente de la Comisión Militar Central, se vio relegado a posiciones secundarias. Se repetía así una situación muy común a lo largo de la historia china, en la que los cargos nominales a menudo guardan poca relación con el poder real.

A partir de 1979 se aceleraron las reformas económicas de tipo capitalista, aunque manteniendo la retórica de estilo comunista. El sistema de comunas fue desmantelado progresivamente y los campesinos empezaron a tener más libertad para administrar las tierras que cultivaban y vender sus productos en los mercados. Al mismo tiempo, la economía china se abría al exterior. El 1 de enero de ese mismo año, Estados Unidos pasaba a reconocer diplomáticamente a la República Popular China, abandonando a las autoridades de Taiwán, y los contactos comerciales entre China y Occidente empezaron a crecer. Ya a finales de 1978, la empresa aeronáutica Boeing había anunciado la venta de varios aviones 747 a las líneas aéreas de la República Popular China, y la empresa de bebidas Coca-Cola había hecho pública su intención de abrir una planta de producción en Shanghai.

A comienzos de 1979, Deng Xiaoping llevó a cabo una visita oficial a Estados Unidos, durante la cual se entrevistó en Washington con el presidente Jimmy Carter y con varios congresistas, y visitó el centro espacial de la NASA en Houston, así como las sedes de Boeing y Coca-Cola en Seattle y Atlanta, respectivamente. Con estas visitas tan significativas, Deng dejaba claro que las nuevas prioridades del régimen chino eran el desarrollo económico y tecnológico.

Fiel a su famosa frase de que "da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones", pronunciada en 1960, y que tantas críticas le había ocasionado, Deng Xiaoping, junto a sus más cercanos colaboradores, como Zhao Ziyang, que en 1980 relevaba a Hua Guofeng como primer ministro, y Hu Yaobang, que en 1981 hacía lo propio con el cargo de presidente del partido, tomaba las riendas del poder y con el propósito de avanzar en las llamadas "cuatro modernizaciones" (de la economía, la agricultura, el desarrollo científico y tecnológico y la defensa nacional) ponía en marcha un ambicioso plan de apertura y liberalización de la economía. El último cargo de poder que mantuvo Hua Guofeng, el de presidente de la Comisión Militar Central, pasaba precisamente a Deng Xiaoping en 1981.

A diferencia de Hua Guofeng, que había necesitado acaparar cargos para demostrar su autoridad, Deng sólo ostentó formalmente el cargo de presidente de la Comisión Militar Central, pero nadie ponía en duda ya su papel de líder supremo de la República Popular China.

Durante los años 1980, Deng dirigió la expansión de la economía y, en el plano político, se hizo cargo de las negociaciones con el Reino Unido para la devolución del territorio de Hong Kong, entrevistándose personalmente con la primera ministra británica Margaret Thatcher. Fruto de esas negociaciones fue la Declaración Conjunta Sino-Británica firmada el 19 de diciembre de 1984, que acordaba la devolución a China del territorio de Hong Kong para 1997. El gobierno chino se comprometía a respetar el sistema éconómico y de libertades individuales de la entonces colonia británica durante los cincuenta años siguientes a la devolución. Portugal, presionado por las autoridades chinas, aceptaba acordar la devolución de su colonia de Macao en 1999, con un acuerdo a grandes rasgos igual al de Hong Kong. La devolución de estos dos territorios se basaba en el principio político formulado por el propio Deng conocido como "un país, dos sistemas", que se refiere a la convivencia bajo una única autoridad política de territorios con sistemas económicos diferentes, comunista y capitalista. Aunque esta teoría se aplicó a los casos de Hong Kong y Macao, parece que la intención de Deng Xiaoping era presentarla como una opción atractiva a los ciudadanos de Taiwán para una eventual incorporación de esta isla, reivindicada como territorio chino, a la República Popular.

En el ámbito económico, el rápido crecimiento se enfrentaba a varios problemas. Por un lado, el censo de población de 1982 había revelado el extraordinario crecimiento de la población china, que rebasaba ya los mil millones de personas. Deng Xiaoping continuó los planes iniciados por Hua Guofeng para restringir la natalidad imponiendo la Ley del Hijo Único, por la cual la mayoría de las parejas solamente podían tener un único hijo bajo pena de sanciones administrativas. Por otro lado, la creciente libertad económica se estaba traduciendo en una mayor libertad de opinión y empezaban a surgir voces críticas con el sistema, como el famoso disidente Wei Jingsheng, que acuñó la expresión "quinta modernización" para referirse a la democracia, elemento ausente de los planes renovadores de Deng Xiaoping. A finales de los años 1980, el descontento con el autoritarismo del régimen y las desigualdades crecientes provocaron la mayor crisis de la etapa de poder de Deng Xiaoping.

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